IGM ha sido beneficiaria junto con otras empresas e instituciones como ROVER MARITIME S.L., la UNIVERSITAT POLITÈCNICA DE VALÈNCIA, la UNIVERSIDAD CATÓLICA DE VALENCIA y la UNIVERSITAT JAUME I en el desarrollo del proyecto de I+D+i “ECOHORMIGÓN PARA ARRECIFES ARTIFICIALES Y OTRAS INFRAESTRUCTURAS MARÍTIMAS” conocido como “LIVINGREEFS”. por parte de la Agencia Valenciana de la Innovación (AVI) y Financiado por la Unión Europea.
El objetivo principal del proyecto LivingReefs es el desarrollo y validación de un eco-hormigón más sostenible y con menor huella de carbono que además debe cumplir con los requisitos mecánicos necesarios para su aplicación en la construcción de infraestructuras marítimas impulsando la economía circular y la sostenibilidad en el sector de la construcción. Además, para dichas infraestructuras marítimas se aplicarán distintos macro-diseños y acabados superficiales concebidos para promover un rápido asentamiento y crecimiento de flora y fauna marina sobre el propio hormigón junto con la presencia de bacterias funcionales en superficie que cumplan el mismo objetivo. Con todo este conocimiento se pretende fabricar en un futuro próximo, con los Eco-hormigones desarrollados en el proyecto, nuevas infraestructuras que sean más sostenibles desde el punto de vista ambiental con reducida huella de CO2 y desde el punto de vista biológico como agente potenciador de la biodiversidad marina.
Como resumen de resultados sobre la utilización de residuos en Eco-hormigones para la construcción como estrategia sostenible se concluye que:
- Las cenizas de volcán y de paja de arroz tienen buena reactividad y aportan mayor resistencia a edades largas incluso con niveles altos de sustitución (hasta 55% y 30% respectivamente).
- La fibra de paja de arroz en sustituciones hasta 10% se puede utilizar como sumidero de residuos, pero no mejora prestaciones del eco-hormigón.
- La aplicación de bacterias superficialmente no afecta a las prestaciones de hormigón ni aporta mejora evidente en la proliferación de vida marina.
Como resultado general del proyecto se confirma que utilizando Eco-hormigones con elevados porcentajes de sustitución de cemento por ceniza del volcán se puede reducir la huella de carbono asociada al hormigón hasta un 43% respecto de una dosificación de control independientemente del lugar de fabricación del hormigón y molienda de la ceniza, lo que supone una reducción del 31 % de emisiones del hormigón armado utilizado en una infraestructura real. Con la fabricación, instalación y monitorización de pilotos en ambiente marino real (TRL7) se ha validado que estos resultados pueden aplicarse en un novedoso diseño de infraestructura marina de abrigo real sostenible.